Bonjour queridos lectores. Aunque tarde, aquí llega mi experiencia en París en fin de año.
Este año quería empezarlo con un viaje y después de tantear varios destinos decidimos irnos a la capital francesa. No queríamos coger avión y desde London St Pancras hasta Paris Gare du Nord con el Eurostar se tarda dos horas y quince minutos y el tren deja en pleno centro de la ciudad sin tener que desplazarnos desde el aeropuerto.
Eurostar es una maravilla si vives en Londres y quieres viajar a ciudades europeas como Ámsterdam, Bruselas o París. Precio es bastante asequible si lo comparas con el de un billete de avión que en nuestros días se ha disparado como si fuera petróleo. Donde hace un par de años era muy posible encontrar billetes ida y vuelta por menos de 100 euros, ahora esto es algo muy difícil de conseguir y a mí personalmente que Ryanair me cobre más de 200 pavos por vuelo sin maleta y que la calidad sea la misma o peor, pues me parece una broma de mal gusto.
Dejando este tema a un lado, prosigo con mi voyage a París (no tengo ni idea de francés, pero voy a ir metiendo palabras para hacerme la interesante). Llegamos hacia las nueve de la noche a la capi, cenamos algo rapidito en uno de los innumerables cafés parisinos que se sitúan por la zona de la estación y cogimos un taxi al hotel (Uber funciona perfectamente así que es una buena opción).
Nos alojamos en Hampton by Hilton Paris Clichy, que gracias al descuento de trabajador nos salió la estancia por menos de 200 euros por tres noches. Hampton, aunque es una basiquito de Hilton, ofrece muy buenos precios y es un hotel que se encuentra en todas las principales ciudades así que es una buena opción de alojamiento.
La última noche la pasamos en Hotel Camille Paris Gare du Lyon Tapestry Collection by Hilton, éste más íntimo y céntrico, es un hotel boutique ideal para cortas estancias.
Qué hacer en un día gris en París
Enero no es que sea un mes donde los fenómenos meteorológicos sean muy favorables – de hecho, la ciudad estaba envuelta en un color grisáceo un poco feo que me decepcionó. Lejos del colorido reluciente que puedes encontrar en París en otras estaciones del año como en primavera o verano, el invierno lo tiñe todo de oscuro y hay como una neblina que esconde todo el atractivo de la ciudad.
Conclusión: hace frío, viento y llueve.
Y es por eso que París es el destino perfecto para ir de museos y de compras. O al menos, sino de compras, a deleitarse con edificios espectaculares como las Galerías Lafayette y su rooftop panorámico desde el que se ve la Basílica del Sacre Coeur y la Torre Eiffel y es todo un deleite. Mirad que foto más de revista nos sacaron:
Musee de Louvre y Musee D´Orsay, otras dos opciones imperdibles en París y perfectas para días miserablemente grises.
Nosotros sacamos los billetes como un mes antes porque tienden a agotarse. Las colas son kilométricas, así que merece la pena pagar un poco más por el “fast track” y evitarse la cola. Nosotros no lo hicimos porque no nos esperábamos que las colas fueran de horas y horas de espera como si estuviéramos en el mismísimo Vaticano pero, vimos un video en Tik Tok que hablaba de una puerta un poco secreta que nos llevaría directos a la entrada. Digo poco secreta porque claramente otros muchos listos como nosotros habían visto el video y la cola seguía siendo considerable. Bueno, al final nos hicimos nuestro “fast track” casero y nos colamos.
Musee Louvre y Musee D’Orsay pueden ocuparte por horas, así que recomiendo investigar antes de ir, seleccionar aquellas secciones que quieres visitar e ir directos al grano.
Apunte: si quieres ver a La Mona Lisa de cerca tendrás que pagar un coste adicional y hacer otra cola. Ni se te ocurra acercarte a ella porque hay como diez seguridades alrededor y te gritarán y asaltarán como si fueras un criminal.
Dónde comer en París
Esta es mi parte favorita de siempre. Pero yo que soy un poco ignorante, no sabía que la cocina francesa tenía tanto que ofrecer.
Si algo he aprendido de mi novio que ha sido chef por mucho tiempo, es que las bases de todas las cocinas del mundo (o la mayoría) fueron asentadas por los franceses. Grandes disputas he tenido yo porque me sale mi orgullo español y cuando le digo que la tortilla española es única me suelta que la tortilla española existe por la tortilla francesa. Y cuando le menciono las croquetas va y me sale con que tienen bechamel que fue elaborada por primera vez en Francia.
Discutir sobre cocina con mi novio no es una conversación fácil y llevadera y él es italiano, así que no entiendo que obsesión tiene con los franceses.
Pasando página. Probé unos crepes que madredelamorhermoso.
El lugar se llamaba Abbesses Breizh Café, ubicado en pleno Montmatre, cerquísima de Moulan Rouge y a distancia aceptable de la Basílica del Sacre Coeur. Yo tenía antojo de crepe desde noviembre cuando empezamos a planear el viaje. El barrio es de mis favoritos, todo super bohemio, con un montón de cafés con sus típicas terrazas parisinas encaladas en aceras estrechas y calles empedradas.
Breizh Café es una franquicia de crepes y vinos ubicados en varios puntos de la capital, por lo que es una buena opción para una parada rápida y deliciosa.
Por supuesto, otro de los clásicos: Croque Monsieur y Croque Madame. Con french fries. Absolutamente reponedor, sobre todo después de Noche Vieja, que fue nuestro caso. Encontramos este agradable café llamado Le Quartier Général en el barrio Latino. Estábamos un poco destrozados por la noche anterior pero la verdad que la comida nos dio bastantes energías para continuar visitando la ciudad.
Sopa de cebolla, otro plato típico que se puede probar aquí. A mí no me llama, pero dicen que es exquisita.
La ubicación es muy acertada ya que se encuentra muy cerca de Notre Dame y la Sainte-Chapelle. Nosotros reservamos un free tour por la zona que, a pesar de la lluvia, fue muy interesante y recomendable. Sea cual sea la ciudad que visito, siempre reservo un free tour. En el caso de París, lo hicimos a través de Walkative.
Y cómo venir a Francia y no comer queso. Raclette, fondue, tartiflette, tabla de quesos, camembert, roquefort, brie… Esto sí que es una aportación francesa al mundo importante señores.
¿Dónde probar fondue o raclette? Nosotros nos pegamos el festin en Le Bistrot du 20, una brasserie ubicado en Les Halles. Otro restaurante cercano y que son de los mismos dueños (y es más famoso) es Le Bistrot Les Halles. Cualquiera de los dos es perfecto para probar estos dos platos típicos y te aseguro que saldrás rodando.
¿Qué más comer? Croissants. Y repostería de cualquier forma y color. Qué gusto da visitar un horno en esta ciudad. Es todo tan colorido y bonito. Baguette. Mi novio se propuso el objetivo de encontrar el croissant perfecto. No estamos seguros de haberlo encontrado así que habrá que volver.
La Noche de París
Por último, pero no menos importante, hablar de la oferta de ocio nocturna.
Como he mencionado antes, viajamos a París en Noche Vieja. Lo malo de viajar en 31 de Diciembre es que no sabes dónde salir de fiesta o dónde comer. Quieres que la noche sea perfecta y te da miedo cagarla y terminar en un garito de mala muerte.
Pues nosotros decidimos no planear la noche e improvisamos. Cenamos en el restaurante Chez Loulou en Le Marais que es una zona para salir a cenar y de copas de moda en París. El precio por la cena fue bastante razonable y comimos entrante, principal, postre, pan, café, vino y champagne. O sea que no nos podemos quejar.
Después nos quisimos adherir a todo el gentío agolpado en la Avenida des Champs-Élysées y en frente del Arch de Triomphe para dar la entrada al año con el espectáculo de fuegos artificiales. El error fue no planearlo bien y no llevar algo de bebida porque estaba todo cerrado y encontrar un bar o pub fue tarea imposible.
París no deja de ser una ciudad mágica, aunque no hayan bares cerca, aunque sea un día gris y frío y aunque no vayas a comerte un buen queso. Una ciudad a la que volver e intentar encontrar el croissant perfecto.